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El dato de la semana - Otra vez, el Bitcoin

  • Foto del escritor: Martín Carrasco
    Martín Carrasco
  • 18 jul
  • 3 Min. de lectura

Por Martín Carrasco


La inversión en Bitcoin ha generado más retorno que cualquier otro activo en siete de los últimos diez años calendario. Y en lo que va de este 2025, no ha sido la excepción, con una valorización de 28% frente a 27% del oro, 7% de las acciones estadounidenses y 3% los bonos del Tesoro al momento de escribir estas líneas.


Recientemente, el ecosistema se ha vuelto mucho más amistoso para las crypto. En primer término, desde el punto de vista legal, siendo que el Congreso de Estados Unidos discute en este momento tres leyes que proporcionarán un marco regulatorio para los activos digitales.


Además, desde la accesibilidad, con el lanzamiento de los fondos indexados (ETF) aprobados por el regulador del mercado de valores estadounidense (SEC), que facilita la inversión – sobre todo a institucionales - en esta clase de activos sin necesidad de tener que transferir a cuentas de dudosa confianza para ganar exposición.


En mi opinión, la cartera diversificada de un inversor internacional, con tolerancia a la volatilidad en el corto plazo, y con un objetivo de apreciación de capital en el mediano y largo plazo, debe tener exposición a crypto activos. Aun teniendo presente que opera en valores máximos históricos.

Durante mucho tiempo me mantuve al margen, ¿Qué hizo que cambiara de opinión? Si bien el incremento en el precio llama la atención por lo excepcional, este no puede ser en sí mismo un argumento, porque cualquier inversor profesional sabe que la historia no es garantía de éxito futuro para ningún activo. Pero la evolución reciente nos brinda información útil.

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Imagen: La volatilidad en el precio del Bitcoin, el activo digital más extendido, no lo hace adecuado para cualquier inversor. Solo para aquellos que tienen alta tolerancia al riesgo. ¿Por qué? Hoy está en niveles máximos. En mi opinión, producto de una mejora en sus fundamentos y la seguridad para el inversor, pero no podemos descartar movimientos hacia arriba o debajo de 50% en poco tiempo, como ya ha sucedido en el pasado en este activo.


Se estima que el valor conjunto de los activos digitales alcanza 3,5 billones de dólares (Bitcoin y Ethereum representan el 70%). Este es todavía pequeño en el mundo financiero, menos de la décima parte de lo que vale el mercado de los bonos emitidos en los países emergentes o la capitalización agregada de todas las compañías estadounidenses, pero con rápida expansión. Seguramente ayudado por un marco legal más claro, que reduce la incertidumbre y da más seguridad a los inversores.


Por otro lado, comienzan a aparecer las aplicaciones reales de las crypto y su tecnología. Particularmente, transformando el sistema financiero con la optimización de los sistemas de pagos globales, que pueden ser instantáneas. Lo que las aleja de una moda.

Otro ejemplo es la tokenización, un proceso de representar digitalmente un activo del mundo real (como un campo, las acciones, las obras de arte o una tonelada de soja). Este permite fraccionar activos ilíquidos como inmuebles y vender partes. Por lo que ahora inversores minoristas pueden acceder a activos antes reservados a grandes capitales, reduciendo los intermediarios y costos operativos.


Para culminar, las monedas digitales son todavía una clase de activo emergente. Algunos le asignan propiedades similares al oro, en el sentido de que su escasez defiende el valor en períodos inflacionarios o de eventos geopolíticos que generen estrés.


Creo que la digitalización de las cosas es algo que no tiene vuelta atrás y cada vez abarca más actividades: la comunicación, el entretenimiento, las compras, el comercio, el trabajo y la educación en línea, por nombrar algunos, y los activos también son parte de este proceso. Mi sugerencia es que incorporar esta clase de activo en un portafolio diversificado, suma.

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