El dato de la semana -Mi visita a las oficinas centrales del banco Morgan Stanley
- Martín Carrasco
- 29 may
- 3 Min. de lectura
En mi reciente visita a las oficinas centrales del banco Morgan Stanley en Manhattan, tuve la oportunidad de conversar con referentes del mercado financiero, tales como Lisa Sharlett, Chief Investment Officer, que frecuentemente es consultada por los medios especializados como Bloomberg o CNBC.
Hablamos de varios temas. Entre ellos, la actualidad del mercado financieros internacionales, para el que mantienen una perspectiva de cautela en el corto plazo pese a que no prevé caídas a niveles como los que vimos en abril; y la visión sobre Latinoamérica, donde creen que existe un gran potencial de la mano de cambios políticos, un dólar más débil a futuro y el nearshoring(*).
Pero en esta ocasión me quiero centrar por donde ve las mayores oportunidades de inversión de cara a los próximos años este jugador tan relevante del mercado.
Lisa Sharlett expresó que, en su opinión, la nueva narrativa de mediano y largo plazo que impulsará los mercados es la ganancia en productividad. Es decir, serán de aquellas empresas que, mediante la implementación de inteligencia artificial, logren mejorar su productividad, lo que derivará en mayores ventas y márgenes de utilidades. El sector de servicios se perfila como de los principales beneficiarios, tal como la salud, servicios financieros, gestión y contabilidad.
Sobre esto también comentaron esta semana en una conferencia que participé (**), donde decían que cuando surge una tecnología que cambia el mundo, la mejor inversión no suele ser la más obvia de primer orden, sino las de segundo orden.
Por ejemplo, si un inversor preveía que la invención de los automóviles iba a redefinir el transporte e invertía en fabricantes de autos en 1920, hubiese experimentado una competencia extrema, una consolidación masiva y una rentabilidad bursátil inferior al mercado. Por el contrario, si hubiera reconocido el efecto secundario de que los automóviles facilitarían la reorganización de las ciudades y expansión de las áreas urbanas, podría haber anticipado el auge de la industria minorista de grandes superficies. Una inversión en Walmart en 1980 hubiera multiplicado por 1600 el desembolso inicial para 2020, frente a una multiplicación poco más de 20 de haberlo hecho en Ford durante el mismo período (**).
De manera similar, si hubiera previsto que la tecnología de Wi-Fi se convertiría en un estándar global e invertido en fabricantes de routers, habría obtenido una rentabilidad relativamente baja a medida que el producto se convertía en un commodity. Por otro lado, reconocer que la industria del streaming de vídeo fue un efecto secundario e invertir en Netflix en su salida a bolsa en 2002 hubiera generado una rentabilidad de más de 500 veces la inversión inicial, casi 100 veces más que haberlo hecho en el fabricante de soluciones de redes inalámbricas Cisco Systems (**).
El mensaje es que, en relación a la Inteligencia Artificial, por ahora hemos visto principalmente los resultados en los beneficiarios de primer orden, es decir, para los habilitadores de esta nueva tecnología. Hacia adelante, existe alta convicción que el un efecto secundario de esta tecnología será la ganancia en productividad laboral. Y aquí es donde surge la oportunidad de inversión en empresas de servicios con fuerza laboral que logren captar estas ganancias de eficiencia.
Figura: Es posible que el mercado laboral cambie a partir de la inteligencia artificial, como lo ha hecho desde 1880. En ese entonces, el 40% del empleo en Estados Unidos se concentraba en la agricultura, en comparación con menos del 2% en la actualidad. No obstante, la producción agrícola continuó aumentando rápidamente a medida que se mecanizaba. La misma tecnología que permitió la mecanización de la agricultura también incrementó la productividad del trabajo en las fábricas, lo que permitió nuevas mejoras en los procesos, como las líneas de montaje, y la creación de nuevos empleos (***).

(*) Nearshoring refiere una estrategia empresarial en la que traslada parte o la totalidad de sus operaciones a un país cercano, a menudo uno con frontera común o ubicado en la misma región geográfica. Busca reducir costos, mejorar la comunicación y aumentar la resiliencia de la cadena de suministro.
(**) AI Beneficiaries: Investing in Second-Order Effects, May 28, 2025, Morgan Stanley.
(***) Technology Disruption in the US Labor Market, D. Deming, C. Ong, L. Summers.
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