La nueva ola de deuda de las Big Tech
- Martín Carrasco
- hace 1 minuto
- 2 Min. de lectura
El mercado financiero es donde se encuentran quienes demandan capital, típicamente empresas y gobiernos, y quienes lo ofrecen, que son ahorristas, fondos de pensiones, etc.
Los primeros buscan financiamiento para su operativa, desarrollo de nuevos proyectos, funciones y adquisiciones, y los segundos para generar utilidades y no estar expuestos a la desvalorización que presenta el dinero con el paso del tiempo.
En el intercambio se determinan las diferentes condiciones: estructura de deuda o de acciones, plazo, costo para el emisor o retorno para el inversor, moneda de transacción, por nombrar algunas.
Recientemente hemos visto una masiva emisión de deuda (bonos) por parte de las líderes de la tecnología para financiar sus proyectos de inteligencia artificial, con plazos de hasta 40 años e intereses de 1% anual por encima de lo que paga el bono del tesoro americano a similar período.
El monto emitido más que duplica el promedio de los últimos cinco años: Amazon USD 15 billones, Alphabet (Google) USD 25 billones, Meta (Facebook) USD 30 billones y Oracle USD 18 billones.

Esto ha vuelto a provocar preocupación entre los participantes del mercado sobre la habilidad de tales desarrolladores para monetizar su expansión en esta tecnología. Algunos titulares lo comparan con la era de la burbuja de las puntocom en el año 2001, cuando existió un exceso de inversión en compañías que no eran rentables.
No obstante, la demanda en el mercado primario por estos bonos fue entre cuatro y cinco veces el monto que finalmente las compañías terminaron emitiendo, lo que habla de que hay inversores dispuestos a prestar con dichas condiciones.
Además, a diferencia de la época de las puntocom, estas compañías son extremadamente rentables y sólidas financieramente. Varias de ellas tienen más efectivo que deudas. Desde 2021, el crecimiento de las utilidades de las llamadas siete Magníficas más que duplicó al del resto del mercado (considerando las que integran el Índice S&P 500).
Hacia adelante hay que seguir de cerca la inquietud que tienen los participantes del mercado. Sin embargo, creemos que los inversores no deben bajarse de esta tendencia de la inteligencia artificial. Si bien sus valuaciones actuales son exigentes, nos gustan estas empresas para el mediano y largo plazo.
