Según una nota de Bloomberg de los últimos días, la capitalización del mercado americano, medido como la suma del valor de todas las compañías que cotizan, alcanza los USD 62 trillones (62 millones de millones de dólares), más del doble del tamaño de su economía, medida por su PBI.
Mientras que la economía norteamericana representa el 25% del producto bruto mundial, su capitalización bursátil alcanza aproximadamente el 50% de la capitalización global.
Podemos visualizar estos datos en el gráfico que a continuación mostramos.
Todas estas relaciones nos suenan un tanto extrañas y difíciles de dimensionar.
No representan ningún indicador ni señal específica, simplemente muestran que el valor de las empresas está subiendo a un ritmo muy elocuente, en los últimos dos años en valor del S&P500 ha subido un 50% aproximadamente.
La historia ilustra que las inversiones en empresas (participación en su capital), resultan las que mejor performance tienen en el medio y largo plazo, ya que el accionista participa de sus utilidades y crecimiento, y todo inversor debe tener en su cartera esta clase de activos en la porción en la que se encuentre cómodo.
Dicho esto, debemos aprovechar estos momentos de buenos resultados para actualizar nuestra estrategia de inversión, definiendo objetivos, horizontes de tiempo y rendimientos esperados.
Y además no tomar decisiones de elevado riesgo que no encajen en nuestro perfil, y que muchas veces los inversores las toman en momentos de auge y euforia.
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