El dato de la semana - “El día de la liberación”
- Martín Carrasco
- 28 mar
- 2 Min. de lectura
La administración de Trump comienza su mandato afrontando primero y de manera muy agresiva las tarifas comerciales, a diferencia de su anterior presidencia. Y ha dejado para más adelante los otros dos ejes de su campaña, la desregulación y la baja de impuestos, los pro crecimiento.
Está previsto que el próximo miércoles 2 de abril haya imposiciones importantes sobre las tarifas arancelarias, y por ello el propio presidente le llamó “el día de la liberación”.
Imagen: tarifas promedio a importaciones en Estados Unidos (%).

La guerra comercial agrega incertidumbre y falta de previsibilidad.
Además, amenaza el crecimiento económico y complica el trabajo de la Reserva Federal de bajar la inflación. Por ese motivo los participantes del mercado están actualmente muy pesimistas.
No es para menos, siendo que es posible que esta retórica más proteccionista y de desglobalización haya llegado para quedarse por un buen tiempo. Así lo vemos nosotros, un cambio de visión que implica volver a una lógica mercantilista del pensamiento económico, y que había sido abandonada en la segunda parte del siglo pasado.
Algunos analistas atribuyen esto a las demandas y frustraciones de un grupo relevante dentro de los votantes de Trump: el trabajador de clase media o blue-collar worker, como suelen referirse en ese país a obreros de la construcción, operarios de fábrica, agricultores, mineros, etc.
Según esta mirada, las políticas que fomentaron la globalización (con empresas trasladando sus operaciones al exterior), y la inmigración ilegal (que le quita sus empleos), generaron pérdida de su calidad de vida y poder adquisitivo de estos trabajadores en relación a los otros - de alta y muy baja - calificación.
Independientemente de qué lo haya gatillado, es para nosotros un cambio importante en el régimen económico global, un nuevo paradigma. Debemos estar atentos a esta dinámica.
¿Y entonces que hacemos en nuestras carteras de inversión? Como hemos venido mencionando desde hace varias semanas quienes no estén dispuestos a tolerar la volatilidad - que ya se ve reflejada en los portafolios - deberán tomar medidas de protección, por ejemplo, reduciendo activos riesgosos, como las acciones, los bonos de baja calidad o de muy largo plazo.
No obstante, en las carteras administradas con visión de más largo plazo, preferimos mantener sin cambios la estrategia por ahora y monitorear la situación. Abogamos por una cartera diversificada en renta fija (bonos) de plazo medio a corto, renta variable (acciones globales líderes y compañías orientadas al mercado doméstico), alternativos (crédito privado, real estate, oro) y opciones (aprovechando el entorno). Los porcentajes varían según el perfil de riesgo de cada inversor.
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