El regreso de Donald Trump reflotó la discusión internacional de la guerra comercial, tal como supimos ver durante su primer mandato. Es que el futuro presidente prometió en campaña que para proteger la industria nacional implementará tarifas arancelarias de 60% o más sobre todo lo proveniente de China (ver imagen).
En un intento de anticiparse a este cambio de gobierno algunas compañías chinas ya mudaron sus industrias para otros países del sudeste asiático, Europa del Este e incluso México.
Adicionalmente, para compensar el impacto de ese impuesto, los participantes del mercado prevén que los chinos tienen espacio para devaluar su moneda y ampliar los estímulos fiscales que han anunciado en las últimas semanas.
Es probable que esta guerra comercial 2.0 se resuelva de la misma manera que su versión anterior. Recordemos que el desencuentro diplomático se moderó luego de que China acordara importar productos agrícolas desde Estados Unidos para compensar el déficit comercial de este último, lo que conformó a la administración Trump.
Imagen: origen de las importaciones de bienes de EEUU
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