Los inversores se han refugiado en el oro tras los ataques terroristas de Hamas a Israel del pasado sábado 7 de octubre. Este subió casi 8% al momento de escribir estas líneas, superando a todos los otros activos que inversores históricamente han sido de resguardo, tales como el bono del Tesoro estadounidense, el franco suizo, el dólar y el yen japonés.
Una vez más el oro mostró su condición de ser percibido como activo de refugio por muchos inversores. Tras este último impulso se encuentra sólo 5% por debajo del máximo histórico de agosto de 2020 cuando alcanzó los USD 2063/onza. ¿Podrá esta vez superarlo? ¿o volverá a retroceder como lo hizo en marzo de 2022 o en mayo de este año?
No todos los eventos geopolíticos son iguales, pero la historia nos muestra que el impacto inicial en la cotización del metal precioso frente a estos incidentes, tales como la invasión a Iraq, la primavera árabe, el ataque de las Torres gemelas, la guerra del golfo, la invasión a Ucrania, tiende a disiparse en el corto plazo.
El rendimiento histórico real (es decir, después de descontada la inflación estadounidense) de mantener oro ha sido 0,7% anual si consideramos los últimos 200 años de historia, por debajo del 3,6% de los bonos y 6,8% de las acciones*. Pierde su atractivo si lo vemos de esta forma. A lo mejor esta vez es distinto.
Es difícil optar por el oro cuando la tasa de rentabilidad que hoy ofrecen inversiones de elevada calidad, como el bono del Tesoro estadounidense, se encuentran en niveles no vistos hace 15 años.
Tal vez su principal valor agregado es el hecho que colabora en la diversificación de la cartera. La medida de la correlación entre el oro y las acciones estadounidenses tiende a cero en las últimas dos décadas, lo que quiere decir que sus movimientos están muy poco relacionados, y, por tanto, se suaviza el rendimiento de un portafolio, uno ayuda cuando el otro no. Tal como ha ocurrido en el último mes.
Si bien creemos que es difícil que el impulso reciente en la cotización del oro tenga mucho más recorrido en el corto plazo, en nuestra opinión, un portafolio balanceado con un horizonte de mediano y largo plazo, puede tener hasta 5% en este activo que ha acompañado a la humanidad por miles de años.
*Fuente: Jeremy Siegel. Stocks for the long run.
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