El 70% de la producción de litio en 2022 provino de Australia y Chile. No obstante, se cree que el 85% de las reservas del planeta de este preciado metal blando están en Argentina, Bolivia, Chile y Perú.
¿Por qué esta imagen?
El consumo energético mundial todavía proviene en su gran mayoría de combustibles fósiles como el petróleo, gas natural o carbón. La demanda de consumidores por buscar fuentes de energía más amigables con el medio ambiente no es novedad. Ello ha obligado a gobiernos de todo el mundo, pero principalmente de países desarrollados, a impulsar una agenda de transición energética, que incluye descarbonización, pero que, con la experiencia de la Guerra entre Rusia y Ucrania, también logre seguridad de abastecimiento y asequibilidad. Esta tendencia, que conlleva inversiones, regulaciones, exoneraciones fiscales, durará décadas, y, entre otras cosas, requerirá un incremento sustancial de la demanda de metales industriales. Entre ellos se encuentra el Litio, un metal blando que, por su naturaleza y potencial electroquímico, le hace un componente muy utilizado en baterías para almacenar la energía en celulares, computadoras y vehículos eléctricos. Una buena noticia para la región.
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